La granadilla o comúnmente llamada la fruta de la pasión es un fruto tropical originario de los Andes. Su fruto es muy parecido a lo que en España conocemos como el níspero, pero el parecido sólo es externo. La granadilla cuando lo abres esta formada por un montón de semillas muy sabrosas. Con estas semillas se hacen zumos tropicales, batidos, salsas etc.
Vamos a proceder al germinado a partir de semillas. Abrimos la granadilla:
Sacamos todas las semillas junto a la membrana que las rodea. En un taper metemos todo el contenido y lo dejamos a la sombra en un lugar aireado dos días.
Han pasado 48 horas. Procedemos al lavado de las semillas. En un bol con agua limpia metemos las semillas. Tratamos de eliminar la membrana con lavados. A continuación, sacamos las semillas y sobre una servilleta de papel secante vamos dejando las semillas, separadas unas de otras para el secado. Al día siguiente o dos días las semillas habrán secado. Las podemos guardar en la nevera en un tarro de cristal uno o dos meses.
Ha llegado la primavera y vamos a germinar las semillas de granadilla. Sacamos el tarro de la nevera un día antes y dejamos a temperatura ambiente.
Preparamos la tierra. Usaremos sustrato universal, fibra de coco, perlita y humus de lombriz. Así crecen fuertes y sanas. En un almacigo llenamos con el compuesto de tierra que hemos creado. Hacemos un pequeño hueco y dejamos caer una semilla y cubrimos con poca tierra. Siempre, la proporción de tierra es dos a uno relacionado con el tamaño de la semilla.
Regamos bien y llevamos el almacigo a un lugar cálido. Cubrimos con una bolsa de basura negra para que la luz no penetre. Suele tardar en germinar de 15 a 20 días. Vigilamos para que el agua no falte.
Cuando las plantas tienen un par de meses podemos trasplantarlas en el huerto. Recordamos que la granadilla es trepadora. Así que iremos acompañando la planta con hilos de alambre.
Un vídeo paso a paso: